EL JEFE DIEGO Y GÓMEZ MONT.- Pasando por Francisco Ramírez Acuña y por el malogrado Juan Camilo Mouriño y llegando a Fernando Gómez Mont, la Secretaría de Gobernación se ha movido tres veces en los tres años y medio del gobierno del presidente Felipe Calderón, con una tragedia intermedia que fue la muerte accidental de Mouriño.
En los dos últimos meses desde el secuestro, cada vez más misterioso del licenciado Diego Fernández de Cevallos, del que se carece hasta de noticias, de las cuales sólo se ha dejado que pasen una fotografía denigrante y algunas consideraciones al margen, el pueblo de México ha dejado pasar que el gobierno federal se haga a un lado de los arreglos que supuestamente la familia del “Jefe” Diego realiza con una firma extranjera experta en negociaciones y que a petición de la misma familia deja hacer el gobierno. Curiosamente, hay en estas dos personas una manera similar de actuar, pues se trata de personas bien preparadas intelectualmente hablando y con presteza moral para reaccionar ya sea en sus obligaciones profesionales como también en su actuación social. Los dos son abogados de renombre, juristas reconocidos, hombres de bien, y en los que sus principales diferencias estriban en que Gómez Mont es un buen negociador político y Diego Fernández de Cevallos un líder nacional indiscutible, cuya palabra siempre es recibida con atención y aprobación en general. Es interesante constatar que tanto Fernando Gómez Mont como Diego Fernández de Cevallos, con su éxito profesional no dependen financieramente de lo que el gobierno les transmita económicamente hablando, y esto los hace suficientemente independientes para actuar en la vida pública. Curiosamente, los dos han evidenciado su libertad para tratar asuntos, los dos no vieron con buenos ojos la política electoral que ha asumido personalmente el presidente y que sólo se explica por la relación cada vez más profunda con poderes internacionales. Para algunos analistas, los días de Gómez Mont en la Secretaría de Gobernación están contados, para otros lo sucedido con Diego Fernández de Cevallos a dos meses de su cautiverio con ausencia casi total de información, los obliga a sospechar que no es ni el crimen organizado, ni los narcos, ni los guerrilleros los autores de este crimen sino intereses políticos internacionales centrados en el Nuevo Orden Mundial.
Nos leemos mañana.
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