CONTENTOS.- El senador Gustavo Madero, que le ha entrado de lleno a las campañas electorales en los fines de semana, reconoció, el domingo pasado, que para su partido ganar la gubernatura de Tlaxcala es una prioridad. Los comentaristas de temas políticos dicen
que buscan un premio de consolación con el estado más pequeño de nuestro país, paro reflejan su desencanto en Querétaro que ya lo consideran perdido para el PAN y que pasará a su enemigo odiado, actualmente, el PRI, por eso de la real politik, que para otros no es sino el famoso “ya ni llorar es bueno”. Y es que en las otras entidades, con alianza o sin alianza, no llegan a ver claro, por ejemplo, en Puebla, los aliados del PAN, como es ahora Jorge Kahwgi, sin mayor razón y sin prueba alguna, se dedica a hostigar al gobernador Mario Marín, cuando en realidad la elección la tiene casi perdida Rafael Moreno Valle. Por su parte, el priista gobernador del Estado de México, y a la vez el más adelantado en la lucha por la elección presidencial del 2012, Enrique Peña Nieto, haciendo uso correcto de su libertad política los fines de semana, que según la Ley permite a gobernadores actuar en apoyo a otras candidaturas de su partido, encabezó en Cancún un mitin masivo en el Poliforum Benito Juárez en apoyo al candidato a gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge, y demás candidatos a los otros puestos que juegan en esa entidad, con lo cual hizo olvidar a los habitantes de Quintana Roo los casos de los otros candidatos del PAN y PRD. Pero, la joya de la corona, Veracruz, ha entrado en otra manera de procurar las tácticas políticas por parte de los contrarios al PRI, con Miguel Ángel Yunes a la cabeza, pues ante la evidente gran mayoría de apoyo a Javier Duarte, candidato del PRI en ese estado, ahora cambian hacia la procuración de conflictos y problemas que hagan estallar la bomba que según el mismo Yunes y su compañero César Nava, habían preparado contra el PRI de Veracruz. “Algo es algo”, parece que dice para conformarse con la situación electoral actual, el senador Gustavo Madero, aunque el peor de los problemas es que ni siquiera en Tlaxcala tienen nada seguro los panistas.
Nos leemos mañana.
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